-¡Qué piernas tan largas tienes!
-Son para modelarte mejor.
Así comenzaría el largo y tedioso cuestionario de nuestro personaje principal en nuestra versión de la historia, en donde el lobo sería loba -una sensual morena- y no, no estaría en el armario a según la versión de Shakira. La famosa caperuza, prenda icónica de la que el cuento toma su nombre, sería un atavio en rojo, rouge para ser exactos, y en lugar de zapatillas deportivas habríamos de calzarla con zapatos de tacón, puesto que la moda, acérrima enemiga de la comodidad, aceptaría ya sea una versión sofisticada de la historia tanto como el calzar a nuestra fit girl original en zapatillas deportivas blancas, con bolso tote a juego en lugar de su famosa canasta. El sporty chic podría ir bien también si nos apegásemos a un desdén por el glamour forestal, el cual se sale por completo de contexto si nos percatamos que la abuela es tan mal parecida en el cuento, y va tan mal depilada, que se confunde con una bestia peluda y gris cuyo hocico es bastante grande y sin necesidad alguna de bótox.
Como sea, esta no es nuestra versión de la historia, sino la del fotógrafo hidrocálido de origen jaliscience Cesar Adrián Castillo y la cuenta con una bella y femenina modelo de ojos grandes -como los del mismísimo lobo-, modelo vestida en Faviola López, una conocida diseñadora -también de Aguascalientes- dedicada en cuerpo y alma a glamurosos vestidos, comúnmente en tonos claros, vaporosos y con vuelos.
En el caso de ésta sesión, Faviola presenta una pieza claramente dividida en parte superior e inferior por el juego de transparencias, appliqué y volantes. Un moño se asoma por ahí, un salpicón de perlas por allá y una capa domina el color de las tomas a diestra y siniestra gracias a la tela, que hace milagros junto a la iluminación natural del campo.
¡Las fotografías también se colorean! Así como los viejos relatos. Este relato en particular data de hace más años que los que la abuela de Caperucita pudo vivir, y es de autoría original de Charles Perrault, un hombre del siglo XVII con un peinado verdaderamente ridículo y voluminoso. Decidimos hacerla nuestra echando mano de la iluminación y el color digital para obtener un resultado natural y muy vivo a nuestro estilo. El beauty look no está por demás como inspiración para tu próxima salida de fin de semana, cortesía del dúo dinamita: ojos ahumados-labios encendidos, que por razones obvias van mejor para una noche de copas que para un paseo en el campo. Caperucita sabe ésta sencilla norma del maquillaje, sin embargo no ha estado trotando como para arruinarlo, y como toda micro empresaria de la industria de la pastelería y los alimentos de alto contenido en azúcar, prefiere ir arreglada desde la mañana por meras razones prácticas: sólo necesita volver de su paseo y quitarse la capa para asistir a la apertura del nuevo y lujoso bar de moda. Disimulando por completo que apenas unas horas atrás ha estado rondando por las mismas veredas donde la población de lobos se ha diezmado casi en la medida en que ha aumentado la producción de postres en su empresa, con una extraña receta de la que Greenpeace y la Comisión Nacional de Seguridad e Higiene no tienen la más mínima sospecha.
¿Qué hay en la canasta? Bueno, no todos los cupcakes son de frutas.
Crédito: Fotografía ©Cesar Adrián Castillo | Vestuario: Faviola López, diseñadora | Maquillaje: Froylan Navarro | Modelos: Jazmín Gadelo, Tony Avendaño | Asistente de Producción: Jesús López | Dirección Editorial & Diseño Digital: Iván Reverie para ©FashionOne
Texto: ©IvanReverie.com